Feliz viaje, es el mensaje mas visible cuando vas saliendo de nuestro pueblo, y yo me pregunto, ¿Como puede ser feliz un viaje cuando sabes que te alejas de tu pueblo querido, cuando atrás de ti dejas tus grandes amores, tu novia, tus padres, tus amigos, tus familiares, tus costumbres, tu casa de adobes, tu templo, tu cerro del papanton, tu milpa, tu sombrero, tu gato, tu perro, aquellas interminables vías de ferrocarril que en el horizonte parecía que se juntaban, aquel cielo azul claro y brillante que en ocasiones se pone oscuro y triste y le da por llo... ver.?

Cuando salía a Vicente Guerrero, o a Durango, ni siquiera le ponía mucha atención en el letrero, sabia que en unas horas estaría de regreso, leer «Feliz Viaje» era parte de esa continua rutina, al final de cuentas nada importante.

Pero el día que deje mi pueblo y sin saber si un día podría regresar, al leer aquel mensaje de «Feliz Viaje» sentí que aquel cielo azul claro y brillante se puso oscuro y triste, y sentí como aquellas gruesas gotas de lluvia mojaban mi rostro.

Mis regresos a Súchil han sido pocos y muy breves, mis padres ya no viven, mis amigos migraron también, la antigua novia ya es abuela y vive igualmente muy lejos, las calles lucen diferentes, las campanas repican mas tristes, la casa de adobe ahora es una mezcla de ladrillos, de adobes de techos galvanizados, luciendo entre lo moderno y lo viejo; pero ahí sigue tu cerro, aquel gigante azul que cuida de tu pueblo, el gran cerro del Papanton, las vías siguen el mismo camino pero ahora no quieren llevarte a ningún lado, el horizonte se sigue viendo lejano, como ahora lejanos son muchos recuerdos, mis manos y mi piel ya lucen los embates del tiempo, el pelo se hizo blanco y escaso, como escasa es mi vista y escasa la alegría de ver como sigo viendo lejano el día en que pueda regresar para nunca mas mi pueblo dejar.

Si dios no me da la dicha de volver en vida, pido a dios que mi cenizas lo hagan y descansen en paz, en este pueblo querido que en un día triste me vio volar.

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