HECHIZADA - Autor: Miguel Angel Castañeda

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HECHIZADA

Quedamos de reunirnos los del barrio en el rio para bañarnos, cuando llegue no habia nadie, solo estaban tres señoras que lavaban; me quite la ropa y me meti a el agua, me tendi cuan largo era en donde la profundidad del agua era escaza y ahi me quede boca arriba disfrutando del agua tibia; hasta mi llegaban las voces de las señoras que platicaban y sin intencion escuche sus comentarios .

- Comadre, fijese que creo que estoy hechizada, cuando me levanto me siento muy cansada, adolorida, las rodillas como desfuerzadas, sin ganas de nada y con un sabor de boca retefeo y eso que todos los dias me la lavo.

-No sera que la traquetea mucho mi compadre ?. -No comadre, el viejo es muy apasible, y sabe que comadre, cuando quiero desayunar me da mucho asco y ganas de vomitar. -Pos a la mejor esta enbarazada, Comadre? .

-Ni lo mande Dios, comadre, despues de ocho muchachos ya no quiero saber nada y seria un milagro ya hace tiempo que ya no tengo esos trastornos; pa mi que estoy hechizada, en las noches no puedo dormir, se me espanta el sueño y oigo a las lechuzas que andan revolotiando por el techo.

- Le platique al Señor Cura y me dijo que no crea en esas cosas, que es mi conciencia, que vaya y me confiese y pos la verdad, naiden me va quitar del pensamiento que me hicieron una maldad por que asi le paso a Doña Chencha y mire que sufrio reteharto .

-Pos yo le digo, hablo la otra señora, que yo si creo en esas cosas y pa mi lo mejor es que busque a alguna señora que entienda de esos menesteres pa que le haga una limpia, hay esta la Nicanora, dicen que es muy buena.

-Pos va a ver que la voy a procurar pa que me haga una limpia, quien quite y me alivie de estas dolencias, aun que le dire que no entiendo por que me pasan estas cosas, pos no me meto con naiden, a menos que mi viejo ande por ahi de coscolino y la otra me este haciendo la maldad. En eso oi que me gritaban y me desentendi de la platica, llegaron los amigos y a jugar a las machinhuecas, aventarnos clavados desde el arbol de la orilla o hacer guerras con la lama que crece en la orillas del rio.

A fin de cuentas, ni me interesaba la platica de las Señoras .

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